La legendaria banda de los años noventa, Garbage, hizo su esperado regreso a México, conquistando los corazones de sus seguidores en el escenario del Pepsi Center con un concierto que conmemoró sus treinta años de carrera artística.
Encabezada por la icónica Shirley Manson y formada en 1993, Garbage prometió a sus fanáticos mexicanos un viaje por la memoria musical con una selección de sus éxitos más memorables. Antes de su actuación, el público ansioso tuvo la oportunidad de disfrutar de Gran Sur, una banda conformada por Sofi Mayen, Javier Ramírez, El Cha!, Iñaki Vázquez y Elohin Corona, que calentó el escenario.
El inicio del esperado espectáculo a las 20:00 horas fue aclamado por los fanáticos, una mezcla de seguidores que abarcaban desde los treinta hasta los cincuenta años, en su mayoría, pero también se hicieron presentes jóvenes en sus veinte. El escenario se iluminó con luces deslumbrantes mientras la banda aparecía, y los gritos de entusiasmo de los fanáticos mexicanos llenaron el ambiente.
El repertorio incluyó canciones emblemáticas como “Supervixen,” “#1 Crush,” “The Men Who Rule the World,” “Ryn Baby Run,” y uno de los momentos más ovacionados, “Special.” La vocalista agradeció el apoyo de la audiencia, expresando su anhelo de volver a México una vez más, dado que Garbage ha sido un visitante frecuente en tierras aztecas desde 2012, habiendo participado en festivales como el Vive Latino, Pa’l Norte, Coordenada, y habiendo recorrido ciudades como Querétaro y Puebla, lo que los convierte en una de las bandas internacionales más asiduas en México.
La actuación no estuvo completa sin éxitos como “Cities in Dust,” “Stupid Girl,” “Push it,” y “No Gods No Masters.” Sin embargo, el punto culminante llegó con “The Men Who Rule the World,” durante la cual la vocalista apareció en el escenario luciendo un deslumbrante vestido blanco y un maquillaje surrealista, elevando la energía de la audiencia.
La atmósfera alcanzó su punto álgido con “Think I’m Paranoid,” haciendo que el público saltara y moviera la cabeza al ritmo de la música, acompañado de una escenografía en tonos azules y un láser rojo que creó una experiencia fuera de este mundo, dejando una impresión imborrable en los asistentes.
El momento sorpresa llegó al final de la actuación con “Cherry Lips,” cuando los artistas y bailarines invitados aparecieron en el escenario luciendo máscaras de luchadores, llevando al público al delirio y cerrando el concierto en el Pepsi Center en un estallido de emoción y diversión.