En 2001, una casa en el Pedregal de la Ciudad de México fue testigo del primer espectáculo de Moderatto, cuando presentaron su álbum “Resurrexión”, un proyecto que inicialmente parecía ser una simple diversión para cinco músicos que exploraban sus alter egos y hacían música sin presiones.
Por última vez, Brian, Javi, Elohim, Roy y Mick Marcy se adueñaron del escenario del Palacio de los Deportes para hacer vibrar a sus seguidores con su música. Vestido elegantemente con camisa blanca y chaleco negro, Brian dio vida a éxitos como “Quemándome de amor” y “Zodiaco”, mientras Roy, Javi, Elohim y Mick acompañaban con la magia de sus instrumentos.
El público estalló en una ovación ensordecedora cuando Brian anunció “¡El detector de metal!” antes de iniciar “Si mi delito es rockear”, momento en el que recibió un Dr. Simi de manos de los fans.
La despedida de Moderatto no es solo el fin de un proyecto musical que comenzó como una parodia del glam rock de los años 80, sino también el cierre de una etapa para miles de seguidores que crecieron con su música y que incluso se inspiraron en ellos para seguir carreras musicales.
Moderatto se convirtió en un fenómeno que llevó a sus integrantes, también conocidos como Jay de la Cueva, Cha!, Iñaki, Elohim y Marcelo, a los escenarios más importantes de México, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, con éxitos como “Sentimettal” y “No hay otra manera”, que no podían faltar en su última presentación.
Brian agradeció a los fans por hacer realidad su sueño y compartió un emotivo momento al regalar su guitarra a un afortunado seguidor llamado Cha. La velada también contó con la participación de Alejandro, un fanático de Toluca que tocó la guitarra con la banda, y Max, otro seguidor espontáneo.
El momento culminante llegó con “Muriendo lento”, un cover de Timbiriche que Moderatto popularizó junto a Belinda, con Brian apareciendo en el escenario vestido de novia. Con un último grito de “¡Se acabó!”, la banda se despidió del escenario después de interpretar “Hechizo de amor”, “Autos, moda y rock and roll” (original de Fandango) y “Gracias”, cerrando así un capítulo de 23 años en la historia de la música mexicana.